Apreciada maestra:
¡Imagino que se encuentra muy bien! Hoy se
cumplen 74 años de su fallecimiento. Le cuento que las cosas han cambiado
mucho, ¡Claro! son 74 años. Muchas personas no tienen idea de lo que usted
hizo, pero como maestro que soy, he leído acerca de usted, y ¡cual! Fue la lucha, que realizó hace tanto tiempo. La
dictadura desapareció, sin embargo tenemos una lucha contra gobiernos corruptos
desde hace ya algunas décadas. Quiero comentarle, que en la lucha por
dignificar nuestra profesión, muchos guatemaltecos nos tachan de holgazanes, de
irresponsables, de mediocres, y le puedo decir varios calificativos, que no
vale la pena mencionar. “Cuando una persona va caminando y los perros ladran,
lanzarles piedras va a detener nuestro paso”, “a palabras necias oídos sordos” Son
personas que critican todo lo que se hace en Guatemala, pero no aportan nada. Fíjese que ahora las clases inician a las 7:30
de la mañana y terminan a las 12:30, por la mañana, y ahora hay una jornada por
la tarde, esto se hizo a raíz del terremoto del ´74, ya las escuelas no cubrían
la población estudiantil en ese tiempo, ¡Imagínese ahora!
Como usted habrá visto, aun no se ha realizado correctamente
el proceso de descentralización, algunas personas, necesitamos algunas horas
para llegar a nuestro destino. Algunas otras necesitan de menos tiempo. Pero en
fin… así es el trabajo en Guatemala, el
tiempo o la distancia para llegar a la escuela, se ha reducido ya que ustedes
dejaban a su familia, ya que los ubicaban a días de su hogar y tenían que dejar
a su familia o trasladarse con ella, a donde estaba su lugar de trabajo. En este
tiempo para muchos padres, la escuela es una guardería, ya se les olvido que en
la escuela se terminan de formar los valores que deben de traer de la casa.
Menos mal, ¡no son todos! Ahora queremos que los patojos, y las patojas
aprendan significativamente, nos hemos percatado que no sirve de nada llenarlos
de datos, que al final no puedan aplicar a su vida, queremos que nuestros
niños, aprendan que la vida no se mide por un punteo de 50, o, uno de 60, o, uno de 100, la vida al final se
reduce, con saber hacer, saber aplicar, emprender, la vida se define, en un: Sabe hacerlo, o No
sabe hacerlo. Le comento también que la tecnología ha ido avanzado, ahora, hay
unos artefactos que les llaman “inteligentes”, que nos han estado quitando el
sentido común a las personas, estos artefactos, nos han estado quitando la comunicación
familiar, la comunicación con otro ser humano. Con decirle que con estos
artefactos juegan los patojos, ahora ya no saben que es un trompo, o un
capirucho, ya no juegan tenta, ni escondite, ni el “tanate” de juegos con los
que nos divertíamos tanto. Le puedo
asegurar que estamos tratando que nuestros juegos tradicionales no se pierdan. ¡Así estamos!
Muchas personas nos critican, porque trabajamos solo una parte
del día. Pero… nosotros planificamos nuestras clases, por año, por meses, por
semana, y por día. Y esa planificación no la hacemos en el trabajo, la hacemos
en casa. Muchos de nosotros llevamos las tareas a casa (por cierto que en
octubre de 2016 la UNICEF propone eliminar las tareas, pero, a veces romper
paradigmas es difícil) y las tareas las revisamos en casa. Debemos de ver que
los niños, lleguen sanos y pulcros a la escuela, porque algunos padres, no se
preocupan por sus hijos. Usted viera, ni les dan desayuno, ni les ponen refacción
porque la escuela, ahora se los proporciona, y los patojos con hambre ni pueden
desarrollarse en clases. Muchos patojos nos ven como a los padres que no
tienen, porque convivimos con ellos, la mitad del día, ellos nos cuentan todos
los problemas, que su papa es bolo, que su mamá también es alcohólica, que su papá no trabaja, que su
mama, pasa penas para darles de comer, que su papá los cuida, que su mama, no los cuida, que ninguno de los
papás cuida de los patojos, sino que los abuelitos, o un familiar cercano los
cuidan. Debemos de lidiar con lo que los papás permiten que sus hijos vean en
la televisión. Con lugares llenos de drogas, tanto problemas social. Usted como maestra sabe que el maestro se
lleva el trabajo a su casa… en su tiempo
también pasaba todo esto seño? Aún existen
maestros que son el pilar en sus
comunidades, aún hay maestros organizan actividades culturales, que aún se preocupan
por la lectura de los patojos, que aconsejan, que apoyan a los centros
religiosos, a los alcaldes, al centro de salud. Aun lo que pasa en la comunidad
es el maestro quien propone, colabora, organiza, que le pone creatividad a lo
que hace.
Cuando un profesional, tenga más de 25 niños, todos ellos
con diferentes problemas, con necesidades diferentes, y todos ellos al mismo
tiempo le soliciten al educador ayuda, para formarlos, talvez tengan una idea
de ¿Qué? Es ser maestro o maestra.
Seño María, el tiempo no se detiene, son pasos agigantados
los que da. El mundo ya no es el mismo de hace 74 años, queremos preparar a los
patojos, la Guatemala, que les estamos dejando cada día la vida se hace más difícil.
Aquí en Sacatepéquez, el volcán de fuego hizo estragos en varios municipios, también
en Escuintla y Chimaltenango, mire, la gente se tendió la mano, se ayudó. Tristemente
debe de pasar esto para que nos demos cuenta, que somos seres humanos, ¿Por qué?,
¿Por qué debe de suceder una tragedia para que nos demos cuenta? Algunos maestros están trabajando y no tienen
en donde hacerlo, ni con que hacerlo… pero son bien chispudos, mi amigo Paco,
es uno de ellos. Y están sacando adelante a los patojos. Ante tal necesidad,
sacamos fuerzas, y hay que darles apoyo, a los patojos y a los papas, y a la
familia.
¡Ay! seño María, ya me extendí, podría y quería decirle
tanto, pero sé que el otro año le contare, como nos fue este 2018, y yo solo le quería agradecer por lo valiente
que fue, quiero decirle a través de esto que: “su muerte no fue en vano”, que
la recordamos con mucho cariño”. Y sé que donde se encuentre usted está viendo
como nos está yendo en nuestra querida Guatemala. Sabe a veces la vida da
miedo, a veces es difícil, pero no por las personas que hacen el mal, sino por
las que solo se sientan a ver qué pasa. ¡Eso si da miedo! Sin embargo estoy
seguro de que aquí en Guate, ¡somos bien arrechos! Y saldremos adelante. ¡Un
fuerte abrazo!
Cesar A. Vasquez
Quevedo. 25 de junio de 2018