De niño recuerdo estar con mi abuelo
preparando "las varitas de coyote" y el papel de "china"
para hacer barriletes y "encumbrarlos" luego de comer fiambre el uno
de noviembre. Recordar es vivir, y cada momento es recordado con nostalgia.
Recuerdo también la tradicional "cabecera", los jocotes en miel, el
ayote, el chilacayote, etcétera. La noche del treinta y uno de octubre salí,
con un amigo y me dispuse a tomar fotografías, en La Antigua Guatemala, no vi a
gente pidiendo "cabecera", sino mucha gente con disfraces celebrando Halloween,
No tengo
nada en contra de esta celebración, respeto a la gente que lo hace, y no soy
nadie para criticar, me gusta mucho la creatividad de las personas, respeto,
para mí el respeto nace con el reconocimiento del valor de una persona:
Respetar, para ser respetado. ¿Qué se estén perdiendo las tradiciones? bueno
eso depende de cada persona, depende de cada ser humano con criterio lograr que
esas tradiciones no se pierdan. Ahora bien, el día 1 de noviembre en compañía
de un amigo estadounidense y uno guatemalteco, fuimos a Santiago Sacatepéquez,
y a Sumpango quedamos impresionados con la belleza de los barriletes, no en
vano son ahora un patrimonio. Degustar de dulces típicos, ponche, fiambre,
jocotes, lichas, en fin... hay mucho que decir en cuanto a lo bello de mi país.
Lo que
quiero expresar es: respeto, y conciencia, respeto para las personas que hacen
actividades diferentes a las que tradicionalmente se realizan en un lugar, y
que si las hacen respeten también. Conciencia, una buena dosis para
valorar lo bello que tenemos en Guatemala, y que en verdad, no solo hoy, sino
todos los días me siento orgulloso de ser guatemalteco.
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